Ibéricos Benito
Arahal (Sevilla)
Nuestra historia:
Ibéricos Benito basó su futuro en un compromiso estricto de calidad, donde a lo largo de los años ha realizado importantes inversiones creando nuevas instalaciones. "Una firma como Ibéricos Benito, comprometida a dar el mejor servicio a sus clientes, debe poner todo su empeño en el logro de la máxima calidad para sus productos". Y en nuestra casa, este compromiso se cumple, uniendo al uso de la mejor materia prima la sabiduría tradicional, espíritu innovador y auténtico amor al oficio que caracteriza a los Maestros Jamoneros de Ibéricos Benito.
¿El resultado? Tres generaciones de experiencia, técnica, arte y cuidado esmerado en la elaboración de jamones artesanos de calidad única, orgullo de nuestra firma.
Nobleza y prestigio en la creación de jamones envejecidos lentamente en bodega hasta alcanzar su punto óptimo de sabor.
Auténtico sabor y aroma del mejor cerdo ibérico criado en montanera con bellotas. Reconocidos por los profesionales más exigentes, disfrutados por todos. Símolos de lo exquisito.
Embutidos curados en la soledad del secadero y seleccionados en su momento óptimo de corte y consumo.
Empresa acogida a los más estrictos controles de la NORMA DE CALIDAD del Real Decreto 1469/2007 a través de la empresa CERTICALIDAD S.L.
Nuestro secreto mejor guardado:
El primer secreto de la singularidad de los productos Ibéricos Benito es el cerdo de raza ibérica, criado en libertad por nuestras dehesas de Jabugo y en San Nicolás del Puerto (Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera).
La fase de engorde de las dehesas es de octubre a marzo. Este periodo se conoce como "montanera". Durante ese tiempo, el cerdo exclusivamente de bellotas y pastos, recibiendo una alimentación rica en glúcidos y grasas saludables, siendo mayoritario el ácido oleico, tan beneficioso para la salud.
Es la alimentación completa y natural del cerdo a base de bellotas en montanera la que aporta un excelente sabor y aroma a los diferentes productos elaborados por la marca IBÉRICOS BENITO.
Frente a los sistemas intensivos de producción, el cerdo ibérico vive en libertad en este espacio y permanece en movimiento, lo que está en la base de la calidad de sus carnes. De hecho, durante la montanera cada cochino necesita cerca de una hectárea de dehesa para sí solo. En esta fase esencial, la bellota, por su elevado contenido en hidratos de carbono, aporta energía al animal, y se transformará en la famosa grasa entrevetada. Y las hierbas añaden el peculiar perfume de todos los derivados del ibérico.